.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Prometo que soy de playa.

Vamos a describir el campo. Por qué? No sé. Porque es bonito. No me refiero a un gran espacio donde se divisan las motañas a los lejos y el viento sopla fuertemenete, dejando así los arboles desnudos y partiendo incluso algunas ramas.
Me refiero a esas grandes explanadas donde parece que incluso el verde de la hierba se refleja en el cielo.  Cuando cierras los ojos se escucha la pureza de lo vivo, simulando así un paraiso paralelo, llegando a conseguir escuchar la voz de lo que no existe. Se observan los pájaros volar alrededor de rama en rama, buscando un nuevo cobijo a la vez que surcan cada puesta de sol. Oh las puestas de sol. Donde a veces se cierra los ojos por no poder creer tanta belleza junta. Aquel lugar era bello. Los colores naranjas y azules del cielo se mezclaban en el crepúsculo, dejando a las nubes un ligero tono rosado a su vez, disfrutando asi de una armomía de color en lo alto de aquel campo. Bonito lugar. Plasmado de árboles de diferentes tipos desprendiendo diferentes olores. Siendo así capaz de conquistar tus sentidos con una simple ráfaga de sus perfumes. Observando las hojas y sus diferentes pigmentos, colores difíciles de reconocer de los que seguramente ni siquiera un experto en arte sabría decir el nombre exacto con el que se denomina. Pero así fluye todo en armonía. Con la hierba plasmada en el cielo que se funde en un sinfín de colores con el sol, acorde con el sonido de los pájaros y la distinción de los árboles que a su vez son el hogar de algunos animales. Que bello es ser bello y que bello es reconocer que es bello. 

domingo, 20 de octubre de 2013

Hey soul sister.

Como explicarte a ti, que aun sigues con la cabeza en tu parte favorita de aquella película de amor, que todavía no quieres confesarme tus peores miedos, que escondes tus sueños en un baúl abierto sin llave para que otro menos temerario se los lleve, que no te atreves por las probabilidades de fracaso. Sigue lloviendo en la misma ciudad de siempre con la misma gente de siempre. Con nubes entrecortadas por los rayos de sol. Echando a andar por los suelos mojados de esas calles tan familiares. Con las manos en los bolsillos recordando la última vez que utilizaste esa chaqueta y buscando una explicación de porque no te la has puesto en tanto tiempo. Como explicarte a ti, que continuas con el nudo extraviado en la garganta, con tus quebraderos de cabeza de siempre y con las pocas ganas de intentar remediarlo. Que sigues escuchando la misma canción con la misma letra que te hace daño. Como explicarte a ti, compañero de andadas y cruzadas, lo mucho que me cuesta sostenerte en este olvido. Te busco y no encuentro y te encuentro y no te busco. Y al encontrarte me asombro de que no has cambiado nada y me enfado porque quizá debería haberte buscando antes. Y te busco y no apareces y te encuentro y no lo aprecias. Como explicarte a ti, querido poco soñador, que las fuerzas disminuyen. Y por eso y por mucho más, por lo que no se puede contar, por la chaqueta que llevas tanto sin usar, por las calles familiares, por tus miedos al fracaso. Y por mi paciencia que poco a poco se hace más pequeña, te cuento y te confieso que de todas de las maneras, yo te compraré mil chaquetas más, y te llevaré a ver otras películas de amor, iremos a todos los países que tu quieras  y no fracasarás porque no te dejaré yo. Como explicarte a ti, amigo y desconocido, que aun me sigue importando.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Dear Friend.

Supongo que lo primero que hay que hacer en una presentación es decir tu nombre, tu edad, y el lugar en el que vives. Pero puesto que no me gusta dar muchos detalles sobre mi identidad y de que te escribo esta carta sin ningún tipo de intención de que puedas llegar a reconocerme, me limitaré a decirte que me suelen llamar ‘Five’. Para ser honestos, no recuerdo con mucha certeza a quien se le ocurrió el mote, pero estoy seguro de que el motivo es porque soy el pequeño de cinco hermanos. Querido amigo, no te escribo esto con motivo de asustarme o hacerte sentir triste por lo que me gustaría contarte. De hecho no tendrías motivos para estarlo. Sé que en el fondo soy un muy chico normal, pero los detalles que tengo diferente a los demás a veces me hacen sentirme un poco raro. Por eso te escribo esto, no intento que adivines quien soy o que intentes ser mi amigo. Tener amigos está bien. A veces, supongo. No sé, nunca me he parado detenidamente a pensarlo. Pero lo que quiero decir es que a veces me gustaría explicarle a alguien muchas cosas, pero nunca encuentro a la persona correcta. Y creo que tú, querido amigo, eres la persona más indicada. No intentes buscarme en tu colegio, o en tu barrio, o en tu ciudad. Probablemente estemos separados por muchos kilómetros. A lo mejor incluso cuando leas esta carta yo haya desaparecido del mapa, o a lo mejor estoy casado y con dos niños pequeños. A lo mejor mientras escribo esta carta tú ni siquiera has nacido, pero si Dios y el destino ha querido que esto esté entre tus manos, no pongo en duda que eres la persona indicada. Como ya te había comentado antes, me suelen llamar ´five´. Vivo en una pequeña ciudad costera. No te diré el nombre, por supuesto, y mucho menos el país. Pero muchas veces me gusta irme solo a la playa y tumbarme sobre la arena a escuchar el sonido del mar, de las gaviotas, y sobre todo de la gente. En la parte derecha de aquella playa se suelen poner las familias porque es la zona más tranquila. Observo a los niños jugando y la madre preocupada de que se vayan a descuidar y perderlos de vista en el agua. Y al padre tomando el sol leyendo un libro del que seguramente ni siquiera tenga interés y esté pensando en las horas restantes que le quedan para tener que ir de vuelta al trabajo. Empiezo a notar como los granos de arena empiezan a clavarse sobre mi cara y, por alguna razón, siempre cierro los ojos. Me gusta mucho la playa. Pero siempre siento lástima por la madre preocupada. Recuerdo cuando mi madre era así con todos nosotros. Solíamos ir los siete a la playa cada domingo, porque era el único día que mi padre no tenía que trabajar. Mi madre siempre hacía bocadillos para todos. Una vez había tormenta pero hacía calor. Sabes de esos días en los que puedes ver el cielo completamente gris pero la humedad se sigue pegando a tu cuerpo y el viento que corre no está frío. Pero recuerdo que aquel día el mar estaba revuelto. Te había dicho antes que somos cinco hermanos, ¿verdad? Creo que ya lo he repetido unas cuantas veces. Para ser honestos ahora mismo somos cuatro, pero me gusta seguir diciendo que somos cinco porque él siempre será mi hermano favorito esté donde esté. Era el mayor de todos nosotros. Su último verano siendo un niño, puesto que empezaría la universidad en unos meses. Creo que tenía pensado salir de la ciudad e irse a estudiar a otro sitio, pero no lo recuerdo muy bien. Lo siento amigo, ojalá pudiera escribir mejor y explicártelo todo con más detalle. Apuesto que si leyera más mi vocabulario mejoraría en todos los sentidos, pero bueno, ahora no estamos hablando de eso. Aquel día estábamos todos en la playa. Mi hermano se despidió de nosotros y se fue a la otra punta de la playa con sus amigos, donde las olas son más grandes y hacer surf produce más adrenalina. Recuerdo que justo antes de irse vino y me prometió que cuando volviera jugaríamos un partido de fútbol. Llevábamos intentando jugar un par de semanas pero había estado ocupado con sus exámenes finales, y ahora que había llegado el verano tendríamos más tiempo. No recuerdo muy bien que pasó después de eso, pero puedo ver en mi mente a mi madre tirada en la arena llorando, mi padre intentando levantarla y mis otros hermanos, excepto Lucía (tiene dos años más que yo) intentando mantener la cabeza alta delante de todos los allí presentes. Yo no me di cuenta de lo que estaba pasando hasta dos días después, cuando estaba empezando a echar de menos a mi hermano. Papá se acercó a hablar con Lucía y conmigo y nos comentó sutilmente que se había ido y nos reuniríamos con el algún día. Por aquel entonces yo tenía siete años y no entendí absolutamente nada de lo que me contó, por eso decidí preguntarle a mi otro hermano, el segundo más mayor. Entonces él me explicó absolutamente todo. Recuerdo que dijo algo de que estaban todos haciendo surf y Marcos (no sé si había dicho ya que mi hermano se llamaba Marcos, en casa de haberlo hecho ya, lo siento. Me estoy poniendo un poco nervioso) cogió una ola un poco mala. Al parecer muy mala, porque no salió hasta veinte minutos después. Supongo que no pudo salir a coger aire. A veces me enfado y pienso que debería haber luchado más para haber experimentado su primer año en la universidad. O para demostrarle a mis padres que es responsable suficiente para vivir en otra ciudad en un piso independiente sin tener grandes problemas, como un adulto. O simplemente para haber jugado aquel partido que me prometió. A veces me como mucho la cabeza pensando en eso. Pero, querido amigo, prometo dejar de hablar de todo esto ahora mismo porque, como he dicho antes, he prometido intentar no ponerte triste. Y ahora, volviendo a la realidad, sigo tirado en la arena y decido que es hora de volver a casa. Mañana tengo clase. A veces pienso que soy raro porque no soy popular, pero tampoco un marginado al que todos le gastan bromas. Supongo que paso bien desapercibido y eso me gusta. De vez en cuando la gente grita ‘five’ a lo lejos, y yo miro y les saludo. Y apuesto que me llaman Five porque no conocen mi verdadero nombre. Y es normal. Porque tampoco soy alguien tan importante como para recordar mi nombre. Mi hermano si lo era. Pero de aquello ya hace tiempo y la gente se olvida de los que ya no están. No todos, por supuesto. Yo no. Y sé que Dios tenía un plan para él allí arriba. Y por eso intento no pensar mucho en eso. Ahora mismo quedamos tres de mis hermanos en el instituto. El segundo ( y digo segundo porque el primero y más mayor siempre será Marcos) está en la Universidad. Creo que está estudiando algo de economía, pero tampoco me hagas mucho caso. De todas formas no es un dato de importancia. Después está el tercero, que te diré que su mote es ‘Puma’ y así me ahorro el hecho de decirte su nombre real. Él se graduará este año, y yo le deseo mucha suerte con el examen de Selectividad. Mi hermana Lucía, que supongo que por el hecho de ser la única chica de mi familia es la más popular de todas. Siempre ha tenido muchos novios. Lo cual  yo no veo demasiado bien, pero soy el pequeño y no tengo derecho a opinar sobre eso. Y luego estoy yo. ‘Five’. He de comentarte que sí que tengo amigos, pero no muchos van al mismo instituto que yo. Y, como habrás podido deducir…soy raro. Me llamo raro a mi mismo porque cuando alguien quiera llamármelo a la cara estaré preparado y no me hará daño. Me gusta mucho pasar tiempo solo. Y me gusta escribir cartas a gente que no conozco. Pero no sé porque, contigo me siento más cómodo. Algo más que me gustaría decirte sobre mi es que no quiero novias por el momento. Las relaciones que tienen los adolescentes de dos semanas me parecen un poco absurdas. No sé. Yo prefiero esperar. Tampoco tengo ninguna prisa. Muchas veces me pregunto a mi mismo a que aspiro. Y lo cierto es que no lo tengo del todo claro. Pero por eso te escribo todo esto, para que tú y yo discutamos sobre que queremos hacer con nuestras vidas. No, ahora poniéndonos serios. Me gustaría ser profesor de Literatura. Me gusta leer. Y escribir. Y nunca he probado a enseñar, pero tiene pinta de ser divertido. Quiero ser uno de esos profesores en el que los alumnos quieran venir a mi clase con ganas. Me gustaría hacerme su amigo. Hacerles sentirse especial. Yo creo que todo el mundo tiene derecho a sentirse especial alguna vez. Y también creo que si algún profesor me hiciera sentir especial, sería muy feliz. Yo quiero ser de ese tipo de maestros en los que cuando un alumno lo esté pasando mal, acuda a mi para ayudarle. Creo que todos los adolescentes estamos un poco locos, y a veces necesitamos a un adulto que no sea nuestros padres para echarnos un cable. Otra de mis grandes aspiraciones es que se me reconozca por quien soy. No quiero ni querré nunca borrar la sombra de mi hermano, y tampoco necesito que la gente se aprenda mi nombre o quieran ser mis amigos, pero me gustaría que cuando me miren piensen que soy algo más que el pequeño de cinco hermanos. Y con eso hacer más feliz a mis padres. La muerte de Marcos siempre ha sido un tema tabú y me gustaría que todos nos lo tomáramos con mas normalidad y así ellos estarían más relajados cada vez que sale el tema. Pero a lo mejor que sea tabú es lo correcto y soy quien está equivocado, porque soy raro. No sé. Yo nunca sé nada. Pero es como si a la vez lo supiera todo. Creo que voy a dejar de escribir un ratito porque estoy empezando a pensar que tu crees que estoy loco. Pero te prometo que no, simplemente quiero descifrar de una vez por todas que quiero hacer con mi vida. Pero sé que si ahora paro luego me dará pereza empezar a escribir otra vez, a si que tengo que terminar esta carta como sea. Aunque no lo creas me has ayudado bastante. Poco a poco he llegado a la conclusión de quiero ser profesor (pero uno de los que ayuda), de que quiero hacer a mi familia un poco más feliz…y que supongo que eso me hará a mi también feliz. Creo que quiero casarme en un futuro. Y tener niños. Y criarlos muy bien. Y ayudarles a buscar a alguien con quien hablar cuando se sientan solos. Solo espero que tengan un profesor guay como lo voy a ser yo. Y si no, que decidan escribir cartas a gente desconocida, porque al fin y al cabo ayuda. También quiero empezar a tener una relación más estrecha con mis hermanos. Y desmostarles que no soy tan raro. Y aprender Italiano. Siempre he pensado que hablar más de una lengua nunca viene mal, y al parecer inglés es la más demandada, pero Italiano suena mejor, ¿o no? Además me encanta Italia. Podría irme allí a ser un profesor guay de español (Creo que he repetido la palabra `guay´ varias veces y te pido perdón, pero creo que es la que más se parece a lo que estoy intentando describir)
Ojalá mis hermanos cumplan todos sus sueños. Ojalá Marcos esté cumpliendo todos los suyos allí arriba. Ojalá yo llegué a conseguir todo lo que estoy contando y lo que me queda por descifrar. Supongo que el truco está en saber quien quieres y quien quieres ser. Y que somos quienes somos por muchas razones, y que probablemente desconozcamos muchas de ellas. Ahora mismo me dispongo a despedirme. Aunque no lo creas, querido amigo, has ayudado bastante. Espero que a ti también te vaya todo de maravilla. Porque te lo mereces. Supongo que te preguntarás porque lo sé si nunca te he visto en persona, pero si has llegado a leer el final de esta carta, quiere decir que has sentido la necesidad de saber algo sobre mi, y eso es algo que no hace mucha gente. Por lo que espero que seas muy feliz donde quiera que estés y con quien quiera que estés. Lucha por tus sueños como yo lucharé por los míos. En caso de que seas italiano…quien sabe, a lo mejor algún día me convierto en tu profe guay de español. Aunque en ese caso no entenderás nada de lo que pone en esta carta. Pero no importa, la has tenido en tus manos y eso es más que suficiente. Mucha suerte. Toma buenas decisiones, así como yo tomaré las que crea que son mejores para mi. No llores por los que no están porque si quieres puedes mantenerlos vivos en ti. Mi hermano nunca se ha ido y nunca se irá. Lo único que echo de menos son los partidos de fútbol. Espero que no haberte puesto triste durante esta carta…porque esa no era ni de lejos mi verdadera aspiración. Y a decir verdad, yo creo que no tengo una sola, tengo muchas. Y tu espero que también. Tener aspiraciones a ser alguien es bueno. Mantén la fe y cree en ti mismo. ¿Sabes qué? Creo que me voy a apuntar a algún deporte para conocer gente nueva. Puede que fútbol. Y me voy a presentar con mi verdadero nombre. Y ellos podrán llamarme así o ‘five’. No me importará porque al menos sabrán que tengo un nombre real detrás de ese mote. Y voy a estudiar. Y a ser un profe guay. Dios, ¿no te mueres de ganas de saber que será de tu futuro? Ahora me está entrando un poco de vértigo, pero estaré bien en unos minutos. Y tú espero que también. Ahora mismo me dispongo meter esta carta en un sobre y meterla en un camión de mercancía. No quiero saber si es nacional o internacional, porque sé que Dios la llevará a la persona indicada, que eres tú.
 ‘’Credere in se stessi e trovare il tuo vero aspirazioni.´´ 
Muchas suerte en todo, amigo.
                                                                                                                                                                           

                                                                                                                                                                            Five.

miércoles, 17 de abril de 2013

Yo soy feliz, y tu?

Los miedos nos hacen vulnerables. Nos asustan de cosas que ni siquiera conocemos, cerramos puertas a nuevas aventuras e incluso olvidamos lo que un dia tuvimos. Evitamos nuevas experiencias, segundas oportunidades y terceras personas. Los miedos nos vuelven pequeños, mas incluso de lo que un dia fuimos. Nos prohiben y limitan sueños. Controlan nuestras emociones y sensaciones. Nos vuelve ausentes de nosotros mismos. A veces perdiendo la conciencia de nuestra identidad. Nos vuelven mentirosos, para ocular la verdad por los miedos a que algo salga mal. Los miedos nos vuelven locos, dejandonos cada noche en vela pensando que hacer el dia siguiente para superarlos. Los miedos nos vuelven vergonzosos, timidos. Nos cohiben de experiencias. Nos hacen temblar. Los miedos te dicen un camino cuando tu quieres tomar el opuesto. Nos susurran al oido el peligro de arriesgarse, cuando nuestro corazon nos incita a saltar al vacio. Los miedos agarran nuestra alma con dos manos bien atadas, dejandola a veces incluso sin respiracion. Pero algunas historias dicen que existen personas que superan esos miedos. Que le abren los ojos al mundo y gritan al vacio su nombre y apellidos con orgullo en la cara. Que saltar, corren y luchan por vivir. Y te cuentan que no es tan dificil, solo tienes que intentarlo. Aquellos pocos que consiguen todo eso, son los que te repiten una y otra vez la frase 'Soy Feliz'.


Yo soy feliz.

lunes, 11 de marzo de 2013

Humanización.

Cada vez que reflexionaba sobre todo aquello, echaba a temblar. Es de esas personas que sienten por la gente, de las que los problemas ajenos le afectan incluso mas que los suyos propios. Pero aquella chica escucha atentamente las palabras de aquella otra mujer, intentando contener sus sentimientos, no quiere que nadie piense que lo siente en los mas profundo de su alma. Intentando evitar el tema, porque cada vez era mas dificil actuar como que no la afectaba demasiado. Y luego, al llegar a casa y sentarse en aquella comoda cama son sábanas recién limpias de aquel día, reflexiona en todo aquello. Todo aquello que no es siquiera nada concreto, simplemente pensar. En todo lo que aquella sabía mujer dijo, en el verdadero significado de sus palabras. A veces las personas no saben cuanto valen la pena hasta que no te plantas enfrente de ellos y les das todas y cada una de las razones por las cuales son bienvenidos a este mundo. Y sabes cuanto aquella mujer desearía poder dar vida a alguien. Y la imaginas llorando, con las lagrimas puras viniendo de su alma. Partiendo su corazon, y a la vez el tuyo, por todos los gritos callados que ellas dicen. Las lágrimas hablan, cuentan, susurran y gritan. Y cuando quieren contarte una historia, saben bien como hacerlo. Las lágrimas son sabias suficientes para no necesitar palabras. Y aquella mujer, con aquellas lagrimas, sentada enfrente de aquella muchacha, conteniendo la respiración a suspiros, levantando la mirada fingiendo ser fuerte, y diciéndose a ella misma, que vale la pena. Cuanto desearía esa mujer tener la oportunidad de hacer lo que todas las mujeres sueñan. Y aquella muchacha solo se queda frente a ella, sin mucho que decir, con mucho que pensar. Y si es que existe un Dios, porque hace posible que las que luchan día y noche por conseguir esto no puedan por motivos que solo él sabe, y las que no estan dispuestas a vivir todo eso, las deja libres de elegir. Aquella joven solo piensa en cuanto amor falta en el mundo, de cuanto cariño y compasión por los demás se esta echando en falta, y cuanta humanidad deberia venir de vuelta. Seamos humanos y con ello seremos felices. Hacer lo que vuestra mente os diga pero sin dejar al corazon mudo, porque muchas veces tiene mucho que decir y ni siquiera le dejas hablar. Vivir dando amor y siendo pacientes, porque todo llega. A lo mejor no del modo que esperabas, pero vendrá. Decir 'te quiero' antes de que sea demasiado tarde y valorar las verdadera cosas necesarias de la vida antes de que un día te las cierren por banda y las eches de menos. Creer en el destino. O sino, crearlo. Y cuando os sintáis que no podeis con todo esto, pedir ayuda, porque todavía queda gente humana. Pedir por favor y dar las gracias. Y ser felices. Que al fin al cabo, eso es para lo que estamos aqui, o no?

miércoles, 23 de enero de 2013

Que bonito es llorar de emocion.

Te encuentras en la esquina de tu lugar favorito en el mundo. No sabes realmente que tiene ese lugar. Simplemente sientes una mezcla de paz y felicidad al mismo tiempo. Sentada en una silla con las piernas en lo alto, respirando hondo. Analizando con cada expiración el porque de muchas cosas, aun sabiendo que no lo encontraras nunca. Mirando a las paredes de aquella habitación que te hace sentir tan feliz. Sonriendo para tus adentros, a escondidas. Sintiendo el hogar tan lejos del hogar. Que ironía. Disfrutando cada abrazo. Abrazos de personas, pero también abrazos del ambiente. Abrazos del aire, que te hacen sentir tan confortable. Siendo un poco más feliz. Y entonces empiezas a andar por aquella habitación e intentas darte cuenta que es lo que la hace tan especial. Y realmente no es nada en concreto. Simplemente el espíritu y las ganas que predominan. Amar todas y cada una de las pequeñas tazas de café, las sillas en las que se sientas los alumnos, los cajones con tu nombre para que metas tus cosas. Y ahora estas ahí sentada, enfrente del ordenador de esa persona que te regala una sonrisa sin esperar nada a cambio. Buscando siempre una razón para hacerte sonreír a ti también. Y al final reis las dos. Y entonces te das cuenta de que es eso lo que hace aquella habitación tan especial, es ella. Es todas y cada una de las personas que pertenecen a esto. Yearbook. Y te preguntas que seria de tu vida en aquellos momentos sin todo aquello. Porque lloras de emoción cada vez que piensas en todo eso, se te pone el corazón en un puño y un nudo en la garganta, buscando tu voz para expresar en un grito lo que sientes.
A veces escribir en segunda persona te hace intentar ver todo esto desde fuera, y sigue siendo igual de bonito.